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verboardiente 2010

Congreso de inteligencia y emociones

Congreso de inteligencia y emociones

El VI Congreso del Partido es la expresión genuina de la nueva Cuba y el aniversario 50 de la victoria de Playa Girón, un hito definitorio en la historia de un pueblo que el principal imperio de la tierra no pudo derrotar.

No puede pensarse en borrón y cuentas nuevas, el proceso revolucionario es ajeno a esa negación nihilista, porque las conquistas actuales se erigen sobre  el pedestal construido por patriotas de muchas generaciones.

Pero sí puede afirmarse que después de este congreso el país toma por nuevos derroteros, los que imponen la razón y la experiencia, muy notables en las sesiones del encuentro en que la generación histórica pasa responsabilidades  a quienes en un futuro no lejano cargará sobre sus hombros las mayores responsabilidades.

No fue solo el congreso de la militancia, eso se demostró desde que cada ciudadano en su cuadra, escuela o centro de producción o servicios pudo opinar sobre los documentos rectores, y si se dice que el ejército revolucionario es el pueblo uniformado, pues el Partido es el mismo pueblo, representando por una vanguardia.

Todos los cubanos cifraron sus esperanzas en el Congreso, sin importar su sexo, color de la piel, creencia, filosofía o extracción social; porque la vanguardia que los representó está consciente de lo que necesitan todos.

El tema economico fue el medular, pero no ajeno a los problemas sociales, ético morales, educativos, de desarrollo y hasta de las relaciones políticas internacionales.

Después del triunfo revolucionario,  Fidel situó la efemérides de Girón como una fecha determinante para los cubanos y es que el verdadero triunfo se produjo a partir de ese momento, según nuestra modesta opinión. En 1959 fueron derrotadas las fuerzas de Batista y los retrógrados que las apoyaban; pero en 1961 se venció al imperialismo, junto a todo lo que significaba.

La decisión de hace 50 años de acoger el camino socialista, marcó una mayoría de edad para el pueblo cubano, porque aunque la vida ha sido más dificil, se situaron las metas a alcanzar hasta la eternidad o lo que equivale a decir, una marcha sin retorno al pasado.

Con toda justeza Raúl Castro Ruz, primer secretario del Comité Central del Partido, en los necesarios reconocimientos de la clausura del VI Congreso tuvo bien presente a los pueblos que formaban la antigua URSS, que apoyaron con sus suministros de armas para repeler la agresión de Girón y posteriormente continuar la marcha de la construcción socialista.

El Congreso ha terminado, pero ahora comienza el trabajo y el cumplimiento de los compromisos, el primero no defraudar la confianza del líder natural Fidel Castro, que fue una inyección de ánimo con su presencia en la sesión final.

La imagen de la última jornada será histórica, perpetua e irrepetible: Es más relevante de lo que pueda alcanzar nuestra imaginación, podríamos decir que hasta simbólica: es la transferencia del poder de la inteligencia, la sagacidad, la experiencia, la constancia y el valor, a un relevo que cada día se verá más rejuvenecido, porque es la aspiración del Partido.

Diría que es el Congreso de la inteligencia y las emociones: lo primero porque define estrategias para el futuro inmediato y mediato de Cuba; lo segundo, porque siempre duelen las retiradas, aunque está claro que el Comandante continuará como un soldado de la ideas, pero no importa el grado militar: su imagen, sabiduría y experiencia seguirán comandando las grandes batallas de América, con la indeclinable escolta de Bolívar y Martí.

 

 

 

 

 

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