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verboardiente 2010

El Che también en la victoria de Girón

El Che de Girón pertenece a los pinareños, pues la jefatura provincial del Ejército Rebelde aquel abril de 1961, radicaba en Consolación del Sur, en la sede del escuadrón 63 de la Guardia Rural (hoy hospital 27 de Noviembre), y desde allí, como jefe militar de la provincia, recibió directamente las orientaciones de Fidel, ante la inminencia de una invasión. En enero participó en el recibimiento en Cabañas, entonces municipio pinareño, de los batallones después de movilizados durante 20 días, por la amenaza de una posible invasión. Preclaro su pensamiento, las tropas del Ejército Rebelde y las Milicias Nacionales Revolucionarias estaban listas, esperando la orden para partir de nuevo hacia donde fuera necesario. Muchas eran las posibilidades de que la agresión extranjera ocurriera por el occidente de la Isla. El artero ataque a los aeropuertos el día 15 y las primeras víctimas ratificaron al héroe de la Sierra, la complejidad del momento, la mano del imperialismo moviendo los hilos de las marionetas, para eliminar el mal ejemplo en el que se había convertido Cuba. Un hecho casual por poco interfiere la posterior historia del cubano argentino, devenido ciudadano del mundo. Tras el ataque aéreo se reunía con los pinareños, y asombra la vigencia de sus palabras, dada la actitud actual del imperialismo y su incitación a las guerras: "¿Debemos indignarnos? Es nuestro derecho y es nuestro deber indignarnos frente a la agresión. Pero no por eso dejemos de pensar con la cabeza clara, desapasionadamente, y saber que la lucha seguirá, y que no habrá protesta ante organismo internacional alguno, que corte las acciones del imperialismo. Porque el imperio entiende el lenguaje de la fuerza, y nosotros no tenemos tanta fuerza como para hacerle entender ese lenguaje en su propia casa. Por eso la lucha será aquí, por eso estas milicias de Cuba volverán una y otra vez a sus puestos. Por eso hoy las FAR, ayer El Encanto, antes la refinería de Santiago, nuestros centros de trabajo, de producción y de defensa, se verán atacados y a veces destruidos. Cada vez que eso suceda, sobre los cadáveres de nuestros compañeros caídos, sobre los escombros de nuestras fábricas destruidas, tenemos que hacernos el juramento de siempre, cada vez con mayor fe, cada vez con más decisión: Patria o Muerte ¡Venceremos!". UN DISPARO A SEDAL Dámaso Raúl Sánchez Arias, quien hacía funciones de oficial de contrainteligencia, recuerda de forma vívida aquel 18 de abril de 1961, cuando un Che preocupado por el desarrollo de los acontecimientos se reunía con su Estado Mayor y otros altos oficiales en la jefatura, alrededor de las 10 de la mañana, ante los teléfonos y la microonda, en espera de la nueva orientación, mientras apuraba un tabaco. "...se encamina para atravesar el patio del cuartel con rumbo a la caballeriza y va arreglándose el zambrán donde lleva la pistola con dos cargadores (una Browning de nueve mm con 18 tiros) en una funda de cuero de las que usaba el ejército de Estados Unidos. De pronto se le cae el zambrán y la pistola da contra una tubería de agua que pasaba por el patio sin soterrar. Se siente un disparo, el Che cae desplomado al suelo como fulminado por un rayo, manando sangre a borbotones por una herida cerca de la sien derecha". El momento fue de confusión y se pensó en un atentado, mientras se trasladaba al Che hacia el hospital de Pinar del Río. Luego se comprobó que fue un accidente, pues la pistola estaba dentro de la funda con el casquillo disparado en la recámara. Él siempre llevaba una bala en el directo. Cuando recobra el conocimiento trata de incorporarse en el asiento trasero del carro, y una vez en el hospital, los médicos certifican que la herida no era grave y no corría peligro su vida, razón por la que fue dado de alta a los dos días y el propio Che continuó con las curas hasta su rehabilitación, siempre al tanto de cuanto acontecía en el país aquel abril. PALABRAS DEL CHE Del vínculo del Che con Pinar del Río se ha escrito y enorgullece su presencia aquí en 1961 en los días gloriosos de Girón, en la Crisis de los Misiles en octubre de 1962 y cuando se prepararon él y sus hombres para partir a otras tierras del mundo, hechos que lo acercan definitivamente. En aquel crítico año de 1961, como jefe militar de la provincia y Ministro de Industrias, fueron frecuentes sus visitas. Anécdotas de combatientes, frases de sus discursos, su ejemplo, aun en la acción más sencilla, trae hasta nuestros días el carácter de quien el imperialismo trató de asesinar, pero no pudo. En menos de 72 horas ocurrió la primera gran derrota del imperialismo yanqui con la victoria en Playa Girón, y los milicianos pinareños, en espera, no tuvieron que acudir, pero recibieron aquel legado del Che, sus palabras, que por su vigencia es bueno recordar en este aniversario: "Nuestro gran maestro, el que nos enseñó más, ha sido siempre el imperialismo. Cada vez que flaqueaba nuestro ánimo, que pensábamos en sentarnos a descansar el imperialismo, como hoy, nos ha mostrado que no se puede descansar en una revolución, y que hay que seguir para adelante, hay que preparar las armas de nuevo, hay que estar listos para la próxima batalla y seguir aquí paso a paso aniquilando todo lo abyecto, todo lo que representa el pasado, y creando, en medio de la lucha, un mundo nuevo". "No podemos decir cuándo acabará. Como hoy, en que pensábamos dar un adiós que se convierte en un hasta luego muy corto, siempre el imperialismo interviene y frustra nuestros planes pacíficos. Por eso hay que prepararse para una guerra larga y dura, y no pensar en la paz, sino cuando el imperialismo haya sido destruido totalmente".

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