La razón es invencible

El presidente Rafael Correa, de vuelta al Palacio de Carondelet, sede del gobierno, demostró que la fuerza de la razón es invencible y la presión del pueblo y la acción enérgica de fuerzas armadas dignas lo devolvió al poder.

Un golpe de estado transitorio, perpetrado por la oligarquía que utilizó un segmento de fuerzas policiales oportunistas, fue conjurado por el valor del Presidente, su gabinete, el pueblo y las fuerzas armadas leales.

Ahora es el momento de radicalizar la Revolución Ciudadana, de llevar ante la justicia a los golpistas, tanto uniformados como civiles, porque mientras el golpe funcionaba, muchos políticos indignos lo negaban.

El pueblo ecuatoriano demostró valor y una actitud firme, pero más su presidente que en ningún momento capituló, ni aceptó hacer concesiones.

En las próximas horas se tendrán más noticias, se despejará el horizonte y se sabrá el alcance del frustrado golpe. De todas formas América tiene que seguir de pie y vigilante, porque ya en la última de las cumbres se había profetizado que después de Honduras, podría tocarle a Correa.